domingo, 27 de julio de 2008

Mujer sobre la arena

La frialdad de tu mirada me cautiva.
Me transporta a otros mundos donde la perfección se confunde con tus ojos, donde el brillo de tu cara se funde con tu alma.
Ahí estás tu, tan grande como débil.
Tan fría como altiva.
Tan maravillosa como deshecha.
Te derrumbas sobre tus propios pensamientos.
No eres más que parte del viento, un soplido del mar con olor a sal.
Ahí te veo, sentada en la orilla, esperando el abrazo de una ola, soñando con otros lugares.
Sobre las conchas de la arena caminas sin destino.
Al fondo, el horizonte desconocido, donde sólo tu puedes llegar.
Nadie te espera allí. Estarás sola, con la eterna mirada de tus propios sentimientos.
Esos que te observan continuamente, los que te aportan luz y tinieblas.
Los que te abrazan y te asfixian.
Ahí sigues, desahuciada, olvidada, pero segura de tu destino.

3 comentarios:

aw.s dijo...

Ajám! Este va dedicado a la Obregón, verdad? Jejeje.


Besitos, espero que estés pasando un beun verano.

Anónimo dijo...

Mi ulises: Que tal!!... A veces, un hombre, también se puede sentir tal como has descrito... Si las almas se pudieran ver fuera de los cuerpos, cuando nos cunde los sentimientos; veriamos que fuera de lo físico, los sentimientos nos igualan; seamos hombre o mujer. Los sentimientos son un manojo de llaves...

Oscar R.

PD: AW.S Con todo respeto... Me pareció una crítica un poco barata. Eso no quiere decir, que no haya tenido cierto toque de buen humor, a veces rompemos la magia de estos textos con "un comentario tontuelo." Saludos amistosos.

Anónimo dijo...

Me he permitido pasear por tu blog y encontrarme con esta poesía que me ha impresionado.

Besos.

Beatriz.