lunes, 19 de enero de 2009

Mar.

El mar es el Lucifer del azul.
El cielo caído por querer ser la luz.
¡Pobre mar condenado a eterno movimiento,
habiendo antes estado quieto en el firmamento!

Federico García Lorca.

domingo, 18 de enero de 2009

Entre tu y yo, el horizonte.

Olas, alas, libertad salada, brillo eterno,
existencia suspendida en el horizonte,
entre el cielo y el mar, entre tu y yo,
una distancia insalvable, limitada por un velero,
metáfora de la imposibilidad de nuestro encuentro.

jueves, 15 de enero de 2009

La extraña noche.

Una brisa polar acariciaba su cara,
y el humo de un cigarro apenas le permitía ver más allá de sus propios pensamientos.
Era tarde, una de esas horas intempestivas que anunciaban que la noche se estaba alargando en exceso.
Juan pasó bajo la ventana.
Andrés, observando tras la cortina de humo, le vio pasar.
Sintió cada una de las pisadas que daba,
cargadas de una melancolía propia del paso de los años en aquel que va a la deriva por los mares de la vida.
La ceniza caía desde el piso alto, como el confeti en una actuación estelar.
Mientras la luna despedía con una sonrisa gélida y cómplice esa noche extraña, en la que todo ocurrió por azar, como la caída de una pieza hace caer a las demás en el dominó.
Así llegó Juan a la casa, sin haber cruzado esa mirada triste que le esperaba en las alturas, sin embriagarse del olor de ese humo solitario, evanescente que se deslizaba al son que marcaban las cenizas al caer. Sin sentir que otra soledad le esperaba para ser compartida hasta el límite de los cuerpos.
Sin saber que en esa mirada se encontraba el desenlace perfecto de aquella extraña noche.

jueves, 1 de enero de 2009

El beso de la mujer araña.


- Te quiero tanto... Es algo que nunca te dije porque temía perderte para siempre.
- Eso ya no puede ocurrir nunca. Este sueño es corto, pero es un sueño feliz.
El beso de la mujer araña, Hector Babenco. 1985.