domingo, 6 de abril de 2008

Sed de amor

"Etsuko ansiaba tocarle con sus dedos. No sabía qué clase de deseo era. Metafóricamente, aquella espalda era para ella la profundidad de un océano sin fondo; deseaba con ansia zambullirse en esta agua. Su deseo era muy parecido al de quien quiere ahogarse; lo que desea no es tanto la muerte como lo que pueda venir después de ahogarse: algo diferente de lo que tenía antes, un mundo diferente, como mínimo..."

Sed de amor. Yukio Mishima.

sábado, 5 de abril de 2008

Via dei Giubbonari

El amor llama a la puerta, se instala en tu habitación. Después despiertas y no está.
¿Se ha ido o ha desaparecido? ¿Se esconde o no se quiere dejar ver?
¡Ay amor!, qué cruel eres cuando me enseñas tu alma y te pierdes en lo más oscuro de mi mente.
¡Ay amor!, Tu que todo lo das y todo lo quitas. Enséñame de una vez a tratarte, a convivirte, sin el miedo de que una noche me descuide, me adormente junto a mi almohada y no te vuelva a ver.
¿Eres siempre el mismo amor?

La ventana está abierta, el ruido de la calle parece querer poner en funcionamiento el reloj, ese reloj que se detuvo en la oscuridad de tu mirada, en el sudor de tu piel, en el latir de tu corazón.
¡Dios mío, el tiempo se ha parado! No hay días ni noches, no hay alegrías ni tristezas, no hay hombres ni mujeres, no hay nadie más en el mundo, estamos solos tu y yo, frente a frente, mirada con mirada, cuerpo con cuerpo, alma con alma...
¡Cuánto soy afortunado!, de nuevo te encuentro aquí amor, en la oscuridad de tu cama y en la luz de mis sentimientos.

miércoles, 2 de abril de 2008

Espera lluviosa

Ella esta allí, bajo la lluvia, a la cual era prácticamente impermeable.
Él no llegaba, la desesperación se había convertido en desidia.
Sus pensamientos la trasladaban a otro lugar, ese lugar imaginario en el que ella depositaba sus fantasías. Pero a él tampoco le encontraba allí, como en aquella húmeda espera no estaba.
El agua corría por los tejados, el frío se adentraba en sus sentimientos, las farolas no iluminaban su vida y la soledad era una presencia desconcertante.

- ¡Me voy!, se dijo a sí misma, con un grito de orgullo que le hacía despertar de su letargo.

Se dirigió a su casa, esquivando la tormenta de pensamientos...

martes, 1 de abril de 2008

Jeanne Hébuterne


¿Sabes qué es el amor, el amor auténtico?

¿Has amado tan intensamente que te has condenado al infierno para siempre?

Yo sí...


Modigliani, 2004.