domingo, 28 de septiembre de 2008

La muerte de Tadzio


"Aquella noche se convirtió en el reverso de la muerte, en su envés, porque sentí por primera vez la complacencia de la juventud.
Descubrí allí, en el dancing, que la felicidad no era inflamación y enardecimiento, como había creído siempre, sino un gran reposo."

La muerte de Tadzio, Luis G. Martín.

martes, 23 de septiembre de 2008

Amor en comuna

Encuentros inesperados,
risas ligeras,
miradas cómplices de una feliz locura.
Tu presencia me aturde, me asfixia, me llena, me calma y me ahoga.
Ahora que no estás lo veo todo más claro.
Veo que el esperado paraíso no es más que un infierno travestido de día luminoso.
Las nubes me acechan, cubren con su esponjosidad grisácea mis más claros pensamientos.
Tu presencia me ciega. No es fácil ver la punta de la nariz.
Buscamos en oscuros universos, en mundos lejanos, cuando no somos capaces de oler el más profundo de los aromas que pasan por nuestra nariz.
Ciego, sordo, inválido... Así me quedo con tu presencia. Me quitas más de lo que me das. Me quitas mi mirada, mis oídos y el resto de mis sentidos.
Pero yo también soy ladrón. Soy un ladrón elegante, de guante fino, de los que roban bancos y van bien vestidos. Y tu no eres capaz de ver que te robo todos los días. Te robo un gesto, una sonrisa, un susurro y una mentira.
Vivimos exiliados en un país de apariencias donde lo tuyo es mío y lo mío es tuyo. Nada nos pertenece. Pero nuestro amor en comuna es más frágil de lo que pensábamos.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Modigliani II


Cuando conozca tu alma pintaré tus ojos.
Modigliani.

martes, 9 de septiembre de 2008

Soledad

Hacía tiempo que no sabía nada de ella,
pero al cruzar su mirada la reconocí.
Sole estaba más exuberante que nunca,
y sus pechos desviaban la atención de un rostro ajado por el paso de los años
y prostituido no sé si por necesidad o por placer.
Ella también me reconoció, se acercó a mí y me preguntó cómo estaba.
Hace tantas mujeres que no te veo que había olvidado el tono dulce y sereno de tu voz, respondí.
El otoño amagaba su llegada con la caída de las primeras hojas de los arboles y el olor de un reencuentro inesperado.
Nuestros cuerpos con sabor a whisky brindaron por el tiempo perdido.
Después ella se fue sin pedir a cambio nada más que una sonrisa y un hasta siempre.
Al cerrar la puerta pensé que nada había cambiado desde la primera vez que la vi.
Seguía siendo Soledad, la puta Soledad.

sábado, 6 de septiembre de 2008

"Amor"

Amor entrecomillado,
espías en la niebla de la noche,
miradas furtivas en el callejón.
Presencia continua, desconocida.
Una brisa fría golpea mi cara. Te busco en la oscuridad sin querer encontrarte.
Eres una arpía sin compasión, un animal sediento, perdido en un oasis.
La lluvia en el exterior y los sentimientos encontrados.
Tú en la distancia, presente, amándome sin yo quererlo.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Memorias de una Geisha


El corazón perece de una muerte lenta,
se desprende de cada esperanza como si fueran hojas,
hasta que un día no queda ninguna, ninguna esperanza.
Ya no queda nada.
Ella se pinta el rostro para ocultarlo.
Sus ojos son como el agua profunda.
El deseo no existe para una geisha.
El sentimiento no existe para una geisha.
La geisha es una artista del mundo etéreo.
Ella baila, canta, entretiene, todo lo que quieras.
Lo demás son sombras, lo demás es secreto.

Memorias de una Geisha.