jueves, 20 de agosto de 2009

Sentimientos a oscuras.

En la habitación, la oscuridad se apodera de todo,
de mi aliento y tus suspiros, de tu rápido sueño y mi constante insomnio.
Los dos, hundidos en la cama por el sofocante calor.
De repente, una tenue luz me despierta del pensamiento e ilumina tu rostro dormido, extenuado e inexpresivo.
Y es entonces cuando me pregunto por la capacidad de abrazar a un desconocido, de acariciar una espalda extraña o de besar unos labios anónimos.
Pero en ese momento abres los ojos y parece que se ilumina el resto de la habitación.
Y dejo de pensar en los abrazos desconocidos, en la espalda extraña y en los labios anónimos
mientras te abrazo, te beso y recorro tu espalda al ritmo de las pulsaciones en las yemas de mis dedos.
"¿Dónde resides amor, o como te hagas llamar?", sigue mi pensamiento.
Y sólo hallo la respuesta en la curva de tu espalda, en la impertinencia de tus labios y en la calidez de tu abrazo.
Y cuando creo que lo mejor será que todo quede en una noche de desenfreno me vuelves a atrapar con tu sonrisa, confundiéndose mi deseo en el brillo de tus dientes y en la ceguera de mis sentimientos.

1 comentario:

Otto dijo...

"Yo pienso que las personas necesitan calor humano, cercanía, incluso cuando están dormidas. Pues, en ese sentido, fue más bien aburrido. Jim tenía unas necesidades muy limitadas, si sabe usted lo que quiero decir. Para mí el sexo siempre ha sido algo natural, agradable, hermoso. Y además, gratuito. Lo más agradable sobre la tierra y gratis, de manera que yo soy partidaria de practicarlo con frecuencia. Todos estamos tan solos, todos nos necesitamos tanto unos a otros, que me parece que debemos follar de modo casi constante, en primer lugar, por la satisfacción que produce, y aunque no proporcione placer, como casi siempre me sucede a mí, debemos acostarnos por una razón más importante: para hacernos compañía."
Marilyn Monroe