jueves, 7 de mayo de 2009

Sonidos de soledad.

Un viento gélido acompaña el sonido de los grillos y el agua de la cisterna cayendo sin cesar.
Sonidos de soledad, acompañantes inertes en este vacío sin sentido.
Las palabras se escapan, huyen ante su incapacidad para sostener la existencia.
Tras la ventana, reflejos de una ciudad que descansa, con sus enormes muros de piedra que se alzan silenciosos, vigilantes de la noche, iluminados por la luz de la luna. Esa luz callejera acompañante de las almas sin calma que a estas horas todavía sobreviven a la ciudad,
de aquellos espíritus insomnes que trasnochan esperando el momento para escuchar el silencio, habitar el vacío y respirar al son de la música del viento.

1 comentario:

FuShA fuSHeREsCA dijo...

me encantó! hace algùn tiempo escribí algo parecido, sobre la soledad, sobre los vacíos y las otras compañìas que aparecen cuando se está solo... mmm, que puedo decirte... me parece que los solitarios estamos más acompñados que nunca! un beso!