Dejadme llorar a mares,
largamente como los sauces.
Largamente y sin consuelo.
Podéis doleros...
Pero dejadme.
Los álamos carolinos
podrán, si quieren, consolarme.
Vosotros... Como hace el viento...
Podéis doleros...
Pero dejadme.
De los álamos y los sauces. Rafael Alberti.
Quadern dels Josepets - Clínica crítica
Hace 5 semanas
1 comentario:
Mi Ulises lo prometido es deuda, aqui estoy de nuevo visitando tu blog. Por cierto, me has conmovido con este fragmento, soy una persona que se emociona ante palabras tan bonitas y mas ahora que extraño tanto a mi familia, a veces lloro y me dicen que no llore, sin embargo puede ser bonito llorar pues muestra que somos humanos.
Te envio un gran abrazo.
Oscar R
Publicar un comentario